El presente es difuso.
Vemos el día a día, lo vemos como etapas si me apuras, pero no paramos a pensar en la totalidad de nuestra vida.
Y vale la pena para ser conscientes de algunas cosas.
Para eso la ciencia es de mucha utilidad.
Un estudio de Ortiz-Orpina, Giattino y Roser juntaron los resultados de varias encuestas hechas en Estados Unidos del 2009 al 2019 sobre con qué personas pasamos tiempo a lo largo de la vida.
Desde que nacemos hasta que morimos.
Y aquí viene lo sorprendente.
Cuando nacemos tenemos amigos, compañeros de colegio y familia.
Pasamos con ellos la gran parte de nuestro tiempo, sobre todo con la familia.
Ya en la adolescencia pasamos cada vez más tiempo con las amigas y cada vez menos con la familia.
En la juventud, empezamos a trabajar y pasamos una cantidad abismal de horas en el trabajo. Y será así hasta la edad de jubilación.
Tenemos pareja, puede que luego hijos que luego compartirán con nosotros gran parte del tiempo hasta su adolescencia.
¿Qué pasa con los amigos?
Que dejamos de verles tanto como lo hacíamos. Mucho menos, cae en picado.
Nos jubilamos, casi al mismo tiempo los hijos se emancipan y nuestra compañía casi permanente es la de la pareja. El resto se mantiene o como mucho retomamos algo de tiempo con amistades.
Y aquí viene lo grande.
Más te vale tener un buen ambiente de trabajo, porque es con quienes pasarás más tiempo durante 40 años de tu vida.
Más nos vale aprovechar el tiempo en familia y con los hijos porque es tiempo que no vuelve.
Más nos vale cuidar las amistades y la pareja, dedicarle el tiempo a crear relaciones sinceras, regulares y de calidad, porque serán los que nos acompañen al final de nuestra vida la mayor parte del tiempo.
El tiempo pasa y creemos en este momento que hay más días, más momentos.
Y hacemos la vista gorda.
Pero no.
No somos conscientes que, igual que un día empezaste a pasar menos tiempo con tus amigos, eso sucederá con los hijos y con el resto.
Puede parecerte triste o puedes usarlo para querer aprovechar ese tiempo con los tuyos sin estar preocupada por las obligaciones.
Sin angustiarte, ni estresarte y vivir pensando en cumplir.
La vida es finita.
Y sin estrés, el tiempo vivido es más feliz.
Hasta el cuerpo lo nota y deja de destruirse por dentro, de inflamarse y perder calidad de vida.
He creado con mi equipo un reto de nutrición antiinflamatoria y yoga, para volver a ti y evitar añadir más problemas de salud.
Suficiente es vivir ya.
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Muchas gracias por compartir tus reflexiones, inquietudes y escritura. Me has hecho sentirme mucho más agradecida a la vida y al universo. Me llega tu mensaje, de nuevo muchísimas gracias por él 💙🐉