👋 Hola, soy Paula.
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No se puede llenar una taza que está llena.
Requiere vaciarse para poder llenarla.
Lo mismo pasa con la mente.
O con la creatividad.
La creatividad no se puede forzar, pero sí los momentos en que nos disponemos a crear.
Hay que dar el espacio necesario.
La creatividad necesita vacío, tiempo libre, aburrimiento.
Y mucha prueba sin expectativa ninguna.
Sin juzgar.
Y a medida que se tiene una rutina, la creatividad fluye y evoluciona y salen cosas apasionantes.
Porque los hábitos y las rutinas nos hacen libres.
A veces creemos que todo es espontaneidad, que la vida suficiente monótona es.
Y muchas personas que necesitan sentirse libres y que la valoran de sobremanera, a veces están en conflicto con los hábitos y la constancia.
Con la disciplina.
Y, sin embargo, los momentos más ricos hacia una misma, ya sea para crear o para conectar con una, son nacidos de una rutina que permita ese espacio.
Esa taza vacía.
Por eso te he puesto este ejemplo con la creatividad, aunque no seas artista.
Todas las personas somos creativas en nuestra vida.
Cocinando, escribiendo, pensando, organizando un viaje, vistiendo... Todo en la vida, requiere de tu parte creativa.
Y todas necesitamos un espacio en el que sentir y construir.
Y solo es posible hacerlo con la mente vacía. Pero ¿cómo se vacía una mente que no para de dar vueltas? ¿Cómo se entrena esa atención que parece imposible de calmar?
Te lo cuento y te dejo una clase de yoga para liberar tu mente de ruido y volver a sentir tu cuerpo. Una clase enfocada en aliviar la zona dorsal.